He visto tres hombres.
Distantes entre sí, enfrentados, hablando
o discutiendo. Son así. Pertenecen al mundo de los tres bloques, donde unos se
incrustan en el suelo, otros permanecen fijos en él mientras los demás
permanecen suspendidos en el aire.
Las sombras de esos hombres son tan
alargadas como sus mundos. Son cuerpos blancos y todos viven expuestos a la luz.
Son sólidos. Cuerpos sólidos. Ninguno de ellos sabe lo que es vivir en un mundo
transparente, líquido y sin luz, obscuro como nuestro abismo.
Que no quieran ser agua como nosotros,
no queramos nosotros ser sólidos como ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario