El título corresponde al capítulo del
mismo nombre de la novela “Cuatro continentes”, donde el protagonista se da
cuenta de que mantener las esperanzas para conseguir un objetivo puede resultar
muy duro, sobre todo cuando ya se da todo por perdido. Porque, en ese momento crítico,
percibe que lo mejor puede ser olvidar la esperanza y entregarse a la idea de
no creer en nada; sentir la tensión del abandono, de la desilusión y del fin. Y
esa, precisamente esa, no debería ser la entrega.
"Entrega", acrílico sobre tela 45x35
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