jueves, 28 de enero de 2016

LAS ESTRELLAS TAMBIÉN SE EQUIVOCAN


    
                                   
ESTRELLA

Ahí estás. Suspendida tú, entre el silencio.
¿Crees que ilumina tu luctuoso esplendor
 ese manto inquietante, vacío y oscuro,
al que te has aferrado desde un frío lugar?

Permaneces encendida e ingrávida
en lento movimiento de inercia y sin voz
como perfumada de polvo estelar.

Mira: es aparente el infinito, engulló lo imposible.
A veces ausente, siempre apenada. ¿Quién te hizo mal?
Contempla tu mundo, que no es tan inmenso,
que no eres estrella del cielo
sino estrella perdida
en el mar.



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