Cuando la primavera y el buen tiempo destierran
al invierno por una buena temporada, sentimos que una nueva vida brota con
fuerza. Es como arrastrar a soplos la seriedad del frío.
En pleno mes de mayo, sucede algo
maravilloso en el centro histórico de la ciudad de Girona, cuando celebra su “Tiempo
de Flores”. Calles, plazas y patios se inundan de ellas, con su color y su frescor,
presentadas de distintas formas artísticas.
Es en uno de sus patios donde decenas de
traviesos claveles parecen reírse de aquel mal tiempo, de los copos de nieve y
de las frías lluvias de enero. Y así, jugando a todo eso, con regocijo nos muestran cómo sería una
tormenta si llovieran claveles.
Lluvia de claveles
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