Ayer viernes 8 de mayo actuó el músico Leiva acompañado de su banda, en la
sala de conciertos Razzmatazz de Barcelona. La calidad de este artista madrileño
es notable, por el dominio con sus guitarras, por su voz singular, por sus
composiciones, por su naturalidad en el escenario. Sus compañeros son también músicos
profesionales excelentes, con teclados y coros, saxofón, bajo eléctrico,
guitarra eléctrica, batería, trompeta, todo interpretado con limpia y perfecta
ejecución. Derrocharon talento, energía sana, muchas ganas de pasarlo bien y
buena música. Demostraron que si los músicos ofrecen su arte disfrutando,
lograrán hacer disfrutar al público. Incluso entre el público había alguna que
otra joven familia, ¡con sus hijos de unos diez años, que también se sabían las
letras de las canciones!
Leiva es un tipo que proviene de los mundos humildes de una ciudad y se
nota. Ha creado su imagen propia, quiere ser fiel a sí mismo, cercano y natural
ante todos y eso ya forma parte de su proposición artística. Un detalle que no
se me escapó al finalizar el concierto cuando, después de saludar a las mil
doscientas personas de la Sala, se marchó el último, subiéndose a caballito
sobre el batería, de forma espontánea y alegre desapareciendo como lo haría un trovador o un juglar
por el camino que le lleva al siguiente pueblo.
Foto que tomé ayer en el concierto de Leiva en Barcelona
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