Pan y vino, técnica lápiz a color 29x21
Existe
en este mundo algo muy curioso. Hace que algunas cosas se junten y que otras se
separen, algo así como el magnetismo, con los polos iguales y opuestos. La comunicación
hace posible que eso se genere, que aparezca esa extraña sensación de atracción
o que, por el contrario, surja una nada que continúe manteniendo insensible a la
mente.
Hay
millones de personas en el mundo y entre ellas aún hay muchas que, bombardeadas
por infinidad de ideas compartidas y por rápidas informaciones, mantienen sus
mentes en permanente insensibilidad. Están dormidas. Y así dormidos están los
que no leen, los que nunca visitan museos o los que huyen de lo trascendental,
del sentimiento y del buen rollo.
Ahí
está lo curioso, que no todos somos iguales; no todos miramos las redes sociales
con el mismo ánimo ni todos son insensibles. Como el pan y el vino. Tan
diferentes y ahí están los dos, compenetrados en la mesa para un mismo fin.
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