Muchas
veces los Ayuntamientos deben determinar qué uso y qué aspecto le va a dar a un
espacio en desuso o simplemente por actualizar, como un solar, una antigua plaza
pública, un viejo mercado, una central térmica… Los proyectos urbanísticos de
una ciudad se realizan con una meta muy clara y definida: son para la ciudadanía.
El espacio común se comparte y se aprovecha, debe ser útil. Os expongo aquí un
ejemplo.
Es un
proyecto para la plaza Cirici Pellicer, en Barcelona. (ver imagen 1)
![]() |
1. Plaça Cirici Pellicer en 2018, estado actual |
Su espacio
es de unos 3.200 m2 aproximados, con una ligera pendiente Este-Oeste.
Se
determinó en el programa que la utilidad como espacio público pasara por estar
dirigido principalmente a jóvenes que desearan realizar actividades con
monopatines. Además debía equiparse con una zona de descanso, en forma de
pequeña construcción para tomar refrescos y bocadillos.
La lectura
arquitectónica plantea un espacio donde su organización es lineal, en una serie
de franjas en paralelo transversales a la dirección alargada de la plaza que,
desde su parte Sur más estrecha, se van ensanchando hacia el Norte. Y se
recurre a los ángulos de 60 y 30 grados respecto al eje de la calle Eduardo
Conde. Esta sucesión de franjas aparece como tramos de repetición. (ver imagen 2)
![]() |
2. Plano del proyecto de Plaça Cirici Pellicer |
![]() |
3. Bocetos de los elementos de construcción de la Plaça Cirici Pellicer |
![]() |
4. Perspectiva de la Plaza Cirici Pellicer mirando al Tibidabo |
Se
produce con todo una sensación de movimiento y de crecimiento desde la parte
más baja de la plaza hasta la más alta. Se acomoda a la topografía del terreno,
invitando a ir ascendiendo sin dejar de perder las vistas, mirando hacia el
Tibidabo.
Este
proyecto no ejecutado fue diseñado por Noemí Cuscó y Dionisio de la Cruz.