Llueven lanzas de oro y sal
convirtiendo al madero en roble.
Qué minúsculos los miedos
por esta senda larga e interminable.
Inmortal…
sigues cuerda.
¿Sientes la caricia de las ramas
en tu reposo de realidad?
Me hechiza tu olor a campo de
espliego
cuando, dibujada en tu corpiño y
cubierta de organdí,
despliegas tu velamen.
Y ríes…
hasta despertar.
"Vela latina" boceto a carboncillo y rotulador |